· Pablo habla de su conversión, expresa un contraste entre su pasado y su conversión.
· Cuantas cosas eran para mí ganancia (κέρδη), las eh estimado como pérdida (ζημίαν) por amor a Cristo.
· El conocimiento de Cristo Jesús, lleva a Pablo a considerar como perdido todas las cosas que un pasado le parecían ganancia.
· Antes vivía para la ley, pues ahora vive para la fe en Cristo Jesús.
· Su deseo es conocer a Dios y obedecer su voluntad, asimismo ser semejante a Él, incluso hasta la muerte.
· No se considera el más perfecto, al contrario, considera que intenta caminar en el camino de la perfección.
· Olvida su pasado que algún momento le causo orgullo, y mira hacia adelante deseando hacer las cosas totalmente diferente.
· Prosigue a la meta suprema que es encontrarse pronto con su maestro y disfrutar de salvación manifestada en la cruz. |
Pablo utiliza su vida pasada para llamar la atención de los filipenses, pues no se jacta de ser circuncidado o judío natal o por ser del linaje de Benjamín o por ser un celoso fariseo en la ley.
Las cosas del pasado para él ya no tienen valor alguno en su vida, pues ante el amor de Cristo, todas esas acciones fueron transformadas.
El conocimiento de la gracia de Cristo lleva a Pablo a ver cuan perdido estaba en un pasado.
No pretende ejecutar su propia ley en su vida, al contrario, desea permanecer en la fe que se manifiesta en la gracia mostrada en la cruz del calvario.
Quiere conocer a Cristo en su diario vivir y ser parte de los redimidos, además mientras suceda ello, está dispuesto a pasar cualquier padecimiento por amor a Jesús.
Desea ser semejante a Él.
No se jacta de su vida, pero si enfatiza que deja atrás su pasado y mira hacia adelante al premio supremo de la salvación. |
A veces en un momento de nuestra vida nos hemos sentado a pensar que hubiese sido de nosotros, si Jesús no hubiese llegado a nuestra vida.
Tal vez aún consideraríamos que todo lo que hacemos o lo que creemos, era correcto.
Por amor a Cristo, nuestro corazón, nuestra mente, y nuestra vida cambio de manera magistral, pues es el poder de su espíritu quien actúa por el bien de sus hijos.
Ahora entendemos que lo que antes lo vivíamos en la ley, con muchas restricciones o reglas, ahora el Señor nos invita a vivir en la fe, un a fe que restaura y transforma todo nuestro ser.
La fe es el resultado que el cristiano obtiene a medida que pasa tiempo con su creador y eso también ocasiona que deseamos ser semejantes a él, en carácter y justicia.
A medida que experimentamos un relacionamiento con Dios, no tenemos por que considerar que ya somos totalmente salvos, sino tan solo considerar que día a día luchamos por sostener esa relación.
Olvidar el pasado y vivir el presenta con Jesús, produce la esperanza de la salvación. |
· Olvidemos las cosas que algún momento causaban un orgullo egoísta en nuestra vida, y si lo hemos de recordar que solo sea para alentar a otros a evitar cometer errores como los que uno cometió.
· A medida que conozcamos a Cristo en nuestro diario vivir, entenderemos mejor el significado de su sacrificio y el gran valor de la salvación.
· Un corazón regenerado por la gracia manifestada en la fe, ocasiona que vivamos deseosos de hacer la voluntad de Dios, incluso hasta no estimar nuestra vida por amor a Cristo.
· El Señor hoy nos llama a dejar de estimar nuestro pasado y vivir un presente centrado en el valor de la salvación, que es el premio supremo manifestado en la Cruz. |